domingo, 18 de julio de 2010

The sun is in the east, even though the day is done.

Se agolpan frente a un edificio, mezclándose sentimientos de angustia, melancolía y orgullo. Años los separan del triste evento que conmemoran. Años separan también a unos de otros.

Los une, sin embargo, algo más profundo. Algo que se mantiene a través del tiempo, algo que ni el arma más poderosa, más temible, puede destruir.

Hace 16 años, una parte de la comunidad voló en pedazos por el odio de los que no pudieron (y no pueden) ver más allá de las etnias y las religiones.

A las 9.53am, suena una sirena.

Hay un silencio de muerte. ¿O de vida?

En una de las primeras filas, un niño levanta un estandarte para recordar a los caídos. Él no estuvo ese día. Ningún miembro de su familia vivió el horror en carne propia.

Tímidamente, mira a su alrededor, y ve que muchos tienen lágrimas en los ojos.

Sin entender bien por qué, hace fuerza. Y llora.

2 comentarios:

  1. Que lindo lo escribiste Rose, simpre esa delicadeza del lenguaje tuya... Igual un adjetivo tan cliche como lindo aplica mal en este caso, más bien diría conmovedor...

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  2. Sí, grillo. Temón.

    Gracias Helena! Vos siempre tan meticulosa en el análisis... Jaja, gracias.

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midnight fireflies