viernes, 9 de abril de 2010

oh what a lovely day to have a slice of humble pie

Miércoles 7 de Abril, 2010

Espero sentada en el Burger King de Thames y Santa Fe.

Lo que me gusta de Plaza Italia es que hay movimiento todo el día, y de alguna manera ese caos cotidiano me hace sentir parte de esta enorme y desconocida ciudad. Toda esa gente extraña no me remite a un estado de depresión y soledad... Al contrario, me recuerda que hay mucha gente en la misma, que no estoy sola y que, en los peores y menos esperados momentos, siempre aparece alguien para hacernos compañía.

Entre estos pensamientos y otros que se me escapan mientras mi mente se va por las ramas, me pregunto por qué estoy adentro de este lugar con olor a frito, ketchup y producto para limpiar pisos, en vez de estar afuera, al sol, sentada en la plaza. En seguida me acuerdo: no quería ensuciar mi pantalón blanco; en media hora tengo una entrevista de trabajo -de hecho, para un trabajo que ya sé que no voy a tomar.

Como necesitaba hacer tiempo y conseguir cambio para el colectivo de vuelta, me compré unas papas fritas, que, a decir verdad, son mucho más ricas que las de McDonald's.

Suena Jason Mraz en la radio, después de una canción de Shakira que bien podría haber sido de Paulina Rubio. ¡Cómo me deprimo cuando llegan a mis oídos los vagos recuerdos de "Dónde están los ladrones", "Pies Descalzos" e "Inevitable"!... Esos sí eran buenos temas... Me hierve la sangre tener que escuchar que una de las artistas femeninas más talentosas de "nuestra generación" esté cantando pelotudeces tales como -prepárense para el nefastísimo ejemplo- "Llevo conmigo un radar especial para localizar solteros".

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Ahora Nelly Furtado. Otra. Cuando salió el single de Maneater no podía creer que fuera la misma chica que cantaba sobre el amor y la libertad en su primer disco. Lo que son los estereotipos, ¿no?.

Miro la hora en mi celular. 12:03. Tomé el colectivo demasiado temprano... Se me pasó por alto el pequeño detalle de que tardaría una hora en llegar -en hora pico, no a las 11 y media de la mañana. De todas maneras, aunque hubiese salido después, también habría tenido que renunciar a las últimas dos horas de Dicción, lo cual no es tan difícil porque realmente los miércoles lo único rescatable es la hora de Lengua. (Edit: a quien esté leyendo, debo decirle que a fin del primer semestre debo admitir que los miércoles se transformaron en uno de mis días favoritos, amo Dicción y más aún al profesor).

No entiendo por qué estoy nerviosa por una entrevista que de todas maneras no va a terminar en contrato.

Jaja, una viejita se metió en el depósito del local pensando que era el baño. Ahí viene a sacarla el chico de los helados.